24 de agosto de 2008

El día que cambié

Y así, después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar las oportunidades sino salir a buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver y cada día como una nueva oportunidad para ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no era más que mi propia debilidad. Y ésta la única y mejor forma de superarla. Aquel día comencé a ser fuerte, feliz de verdad, gracioso. Aquel día dejé de temer por cada vez que perdía y sentí que para vencer no es necesario ganar. Vi que dar lo mejor de mí me hacía feliz, así no fuera el primero, así no me coronaran o me aplaudieran. Sentí nuevamente que el único rival es uno mismo. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui. Me dejó de importar quien ganara o perdiera, ahora me importa simplemente sentirme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Pero también vi que a veces se cae y que el único camino es pararse y seguir. Aprendí que el triunfo que puedo adquirir es tener el derecho de llamarle a alguien 'amigo'. Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, 'el amor es una filosofía de vida'. Aquel día dejé de ser reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no va a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas... Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar... Ahora simplemente duermo para soñar... Gentileza Gabriel Bulfon (Argentina)

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