Decídelo antes

Comparado con el resto de los días en tu vida, ¿cómo será hoy? ¿Será mejor, peor, o más o menos igual? ¿Qué podrías hacer tú, a medida que transcurre el día, para que este sea el mejor día que hayas vivido jamás? ¿Y que podría convertirlo en el peor? 

La mayoría de la gente supone que no podrá saber cómo será su día hasta que este termine. Y es un supuesto equivocado, debido a que la calidad del día no depende de eventos externos a ti. Eres tu quien determina su calidad. 

La próxima acción de ventas que hagas puede ser la mejor que hayas hecho jamás. Tu partido de tenis de esta tarde podría ser el mejor de tu vida... siempre y cuando tú decidas previamente que así será y lleves a cabo las acciones a tu alcance para que así sea. Observa y define, de la manera más realista posible, dónde y cómo estás en este momento. Luego desafíate a identificar -y a poner en práctica- las acciones necesarias para mejorar tu desempeño. 

Si te mueves bajo el supuesto de que la vida simplemente “pasa” a tu lado, lo más probable es que los resultados que alcances te decepcionen. Al encarar cada jornada, decide convertirla en un día maravilloso. Después, vívela así.