
Charles Plumb fue un piloto de jets de
Años después, en ocasión en que Plumb y su esposa estaban sentados en un restaurante, un hombre se acercó a su mesa y le dijo:
-"Tú eres Plumb!. Piloteabas aviones caza en Vietnam desde el portaaviones Kitty Hawk. ¡Fuiste derribado!".
-"¿Cómo sabes eso?" - preguntó Plumb.
-"Yo doblé tu paracaídas"- contestó el hombre. Plumb se quedó con la boca abierta por la sorpresa y agradecido. El hombre extendió su mano y dijo:
-"Veo que funcionó bien". Plumb le aseguró:
-"Ya lo creo. Si no hubiese funcionado, no estaría aquí hoy".
Plumb no pudo dormir esa noche pensando en aquel hombre. Y dijo a su esposa: "Estuve imaginando como luciría él con un uniforme de
Plumb pensó en las largas horas que el marinero pasó frente a una mesa larga de madera en las entrañas del barco, doblando cuidadosamente cada paracaídas, teniendo en sus manos muchas veces el destino de alguien que no conocía.
Hoy Plumb, que da conferencias, pregunta a su audiencia: "¿Quién dobla tu paracaídas?".
Cada uno tiene a alguien que le provee lo que necesita para pasar el día. Plumb puntualiza que él necesitó muchos tipos de paracaídas cuando su avión fue derribado: necesitó su paracaídas físico, su paracaídas mental, su paracaídas emocional, y su paracaídas espiritual. El recurrió a todos estos soportes antes de lograr la libertad y seguridad.
Algunas veces, en los desafíos diarios que la vida nos pone por delante, descuidamos lo que es realmente importante. Podemos fallar por no decir "hola", "por favor" o "gracias", por no felicitar a alguien por algo que le haya pasado, por no decir un cumplido o simplemente por no hacer algo amable sin que medie ninguna razón.
Cuando transcurras por esta semana, este mes, o este año, ten presente que debes reconocer a la gente que sin que tú lo sepas, dobla tus paracaídas.
Extraído del newsletter El Magazine de Horizonte.
http://www.horizonteweb.com/magazine/index.htm
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