2 de octubre de 2009

Es mejor no prevenir.

Un hombre se mudo a un vecindario en el que no conocía a nadie. Comenzó a instalarse en su nueva casa, pero a los pocos días mientras arreglaba algo, necesito un martillo, buscando en sus herramientas se dio cuenta que no tenia martillo. Pensó en comprar uno, pero, si no terminaba pronto, el daño se podría agrandar. Se le ocurrió entonces pedirle prestado uno al vecino, a quien el no conocía. Sin embargo quería terminar rápido. Se dirigió dudoso a la casa del vecino, recordando que le parecía algo hosca su cara, aunque nunca había hablado con él. Pensó, que tal que al golpear la puerta del vecino, no le abriera, o le dijera - Usted no acababa de llegar al vecindario y ya estaba pidiendo prestado de todo. - No, ¡Que tal! -seguía reflexionando nuestro hombre, que el vecino desconfiara que le devolvería el martillo. Si, Seguro el vecino necesita el martillo y no lo va a prestar. Así nuestro hombre llega en medio de sus tormentosas presunciones a la puerta de su vecino. Dudoso golpea y éste le abre la puerta; y nuestro hombre le grita con arrogancia; -Sabe que vecino...., mejor quédese con su maldito martillo!!!- Cuantas veces, no armamos los conflictos en nuestro pensamiento y después se los cobramos a los que nos rodean? Cuantas oportunidades de crecer o de expandir nuestra vida o nuestras relaciones hemos desperdiciado, por alimentar miedos, prevenciones infundadas o exageradas? Estimado amigo(a), el mayor desafío es superar los miedos y prevenciones que te alejan de los demás, la mayoría de los prejuicios no son de los demás hacia nosotros, sino que estos provienen de nosotros mismos. Dese el gusto de ganarle a sus miedos y prevenciones.

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