30 de diciembre de 2009

La estrella verde


Existían millones de estrellas en el cielo, estrellas de todos los colores: blancas, plateadas, verdes, doradas, rojas, azules.

Un día, inquietas, ellas se acercaron a Dios y le propusieron:

- Señor, nos gustaría vivir en la Tierra, convivir con las personas.

- Así será hecho, respondió el Señor. Las conservaré a todas ustedes pequeñitas, tal como se ven de lejos, para que puedan bajar a la Tierra.

Se cuenta que en aquella noche hubo una fantástica lluvia de estrellas. Algunas se acurrucaron en las torres de las iglesias, otras fueron a jugar y a correr junto con las luciérnagas por los campos, otras se mezclaron con los juguetes de los niños. La Tierra quedó, entonces, maravillosamente

iluminada. Con el correr del tiempo, las estrellas decidieron abandonar a los hombres y volver

al cielo, dejando a la tierra oscura y triste.

- ¿ Por qué volvieron? - preguntó Dios, a medida que ellas iban llegando al cielo.

- Señor, nos fue imposible permanecer en la Tierra, existe allí mucha miseria, mucha violencia, hay demasiadas injusticias.

El Señor les contestó:

- Claro! Ustedes pertenecen aquí, al Cielo. La tierra es el lugar de lo transitorio, de aquello que cae, de aquel que yerra, de aquel que muere. Nada es perfecto. El Cielo es el lugar de lo inmutable, de lo eterno, de la perfección.

Después de que habían llegado gran cantidad de estrellas, Dios verificó la cantidad y habló de nuevo:

- Nos está faltando una estrella, ¿dónde estará?

Un ángel que estaba cerca replicó:

- Hay una estrella que resolvió quedarse entre los hombres. Ella descubrió que su lugar es exactamente donde existe la imperfección, donde no hay límites, donde las cosas no van bien, donde hay dolor.

-¿ Qué estrella es esa? - volvió a preguntar.

- Es la Esperanza, Señor, la estrella verde. La única estrella de ese color. Y cuando miraron para la tierra, la estrella no estaba sola: la Tierra estaba nuevamente iluminada porque había una estrella verde en el corazón de cada persona. Porque el único sentimiento que el hombre tiene y Dios no

necesita retener es la Esperanza. Dios ya conoce el futuro, y la Esperanza es propia de la persona humana, propia de aquel que yerra, de aquel que no es perfecto, de aquel que no sabe como puede conocer el porvenir.

Recibe en este momento esta Estrellita Verde en tu corazón, la Esperanza. No dejes que ella

huya y no permitas que se aparte. Ten certeza que ella iluminará tu camino, sé siempre positivo y agradece todo a Dios. Sé siempre feliz y contagia a otras personas tu felicidad. "La verdadera amistad es como una estrella: no logras ver su luz en la brillantez de la prosperidad, sino en la oscuridad de la adversidad".

CON EL CORAZÓN ABIERTO AL AMOR, EL CAMINO DE LA VIDA SE PUEDE TRANSFORMAR EN MUY BELLO, Y MÁS SI SE LO TRANSITA COMPARTIENDO...
(Gracias, Pelusa -Argentina-)


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