El ser humano tiene la opción de elegir su actitud de vida; la de sufrir por lo que la vida no le dio, le quitó o le negó; o la de disfrutar de lo que la vida le sigue dando.
Ya que no se puede en un mismo instante sufrir y disfrutar, ¿por qué no elegir gozar de lo que ya se tiene?. Muchos alumnos ante esa afirmación me dicen: "Pero eso es difícil; uno en esos momentos no se acuerda ..."
Entonces, yo les pregunto: "¿Es fácil vivir mal?". "¿Es fácil vivir quejándose?". No, tampoco es fácil. Por eso, la lucha por vivir bien y ser felices vale la pena.
Así pensaba Larry, un hombre que siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo bueno que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, respondía: "Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo".
Larry era un motivador natural: si un empleado tenía un mal día, Larry estaba ahí para decirle cómo ver el lado positivo de la situación. Cuando le preguntaban: "¿Cómo es posible que una persona sea positiva todo el tiempo?" él respondía: "Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo: 'Larry, tienes dos opciones hoy: puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor'. Escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima, o aprender de ello. Escojo aprender de ello. Y cada vez que alguien viene a mi para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida".
Y si alguien protestaba porque eso era demasiado difícil, Larry lo no lo discutía. Al contrario, aceptaba que era un reto, porque, después de todo, en la vida todo se trata de elecciones.
"Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tu eliges cómo reaccionas ante cada situación. Tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen humor o de mal humor. En resumen: tú eliges como vivir tu vida".
Este mismo hombre fue atacado por tres asaltantes una mañana en su negocio. Después de largas horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, fue dado de alta, aún con fragmentos de bala en su cuerpo. Al cabo de sólo seis meses, cuando le preguntaban cómo estaba, Larry volvía a decir: "Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo".
Acerca del accidente, afirmaba: "Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el suelo recordé que tenía dos opciones: podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir".
Una vez en la sala de operaciones, vio las expresiones en las caras de los médicos y enfermeras, y realmente se asustó. "Podía leer en sus ojos: 'Es un hombre muerto'. Supe entonces que debía actuar...".
Cuando uno de sus médicos le preguntó si era alérgico a algo, inspiró profundamente y declaró:
"Sí, a las balas". Mientras reían les dijo: "Estoy eligiendo vivir, así que opérenme como si estuviera vivo, y no como si ya estuviera muerto".
Larry vivió gracias a la maestría de los médicos, y sobre todo gracias a su asombrosa actitud.
Porque la actitud, al final, lo es todo.
(del libro "Con los pies en la tierra y el corazón en el cielo", de David Lifar. Ed. Javier Vergara Editor).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario