Cuando no tengas nada importante que decir, guarda el noble silencio. Si no puedes mejorar lo dicho, por otros, guarda el noble silencio.
Una vez hemos pronunciado las palabras, nos hacemos presos de las mismas. Vigila tus palabras.
A veces el hombre no puede controlar las circunstancias, pero siempre puede controlar su propia mente.
He aquí la suprema sabiduría y la más noble: conocer la aniquilación de todo el sufrimiento. He aquí la suprema paz y la más noble: el apaciguamiento de la avidez, del odio y de la ofuscación.
La vida de pureza no se practica para conseguir fama, honores ni provecho, ni para lograr una moralidad, conocimiento y visión perfectos. La definitiva liberación de la mente, esta y solo esta es la finalidad de la vida de pureza, esta es su esencia, esta es su consumación.
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