Todo lo que se necesita saber...

Todo lo que se necesita saber, lo aprendiste en el jardín de infantes.

Todo lo que se necesita saber sobre cómo vivir, qué hacer y cómo debe ser, lo aprendiste en el jardín de infantes.

La sabiduría no está en cima de la montaña de la universidad, sino allí, en el arenero.

Estas son las cosas que aprendiste:

a. Comparte todo.

b. Juega limpio.

c. No le pegues a la gente.

d. Vuelve a poner las cosas donde las encontraste.

e. Limpia lo que ensuciaste.

f. No te lleves lo que no es tuyo.

g. Pide perdón cuando lastimes a alguien.

h. Lávate las manos antes de comer.

i. Sonrójate.

j. Las galletitas calientes y la leche fría son buenas.

k. Vive una vida equilibrada; aprende algo, piensa en algo, dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja un poco cada día.

l. Duerme la siesta todas las tardes.

m. Cuando salgas al mundo ten cuidado con el tráfico, tómate de las manos y no te aísles.

n. Permanece atento a lo maravilloso.

o. Recuerda la pequeña semilla en el vaso. Las raíces bajan, la planta sube y nadie sabe realmente cómo ni por qué pero todos somos así, los peces de colores, los hámsters, los ratones blancos e incluso la pequeña semilla en el vaso, todos mueren. Y nosotros también.

Y entonces recuerda aquel libro de cuentos y la primera palabra que aprendiste, la más grande de todas: ¡mira!.

Mira. Todo lo que necesitas saber está allí, en alguna parte.

La Regla de Oro, el amor y la higiene básica. La ecología, la igualdad y la vida sana: toma cualquiera de estos conceptos, tradúcelo en términos adultos sofisticados y aplícalo a tu vida familiar, a tu trabajo, a tu gobierno o a tu mundo, y se mantendrá verdadero, claro y firme.

Piensa en cuánto mejor sería el mundo si todos -todo el mundo- tomásemos leche con galletitas y nos fuésemos a dormir la siesta cada tarde. O si todos los gobiernos tuviesen como política básica volver a poner siempre las cosas donde las encontraron y limpiar lo que ensuciaron.

Y aún es verdad, -no importa cuán grande o viejo seas-, que al salir al mundo es mejor tomarse de las manos y no aislarse.