Sin Golda Meyer no se hubiera consolidado el estado de Israel.
Sin Juana de Aragón no hubiera existido el Emperador Carlos V.
Sin Indira Gandi no se habría avanzado en la modernización de la India.
Sin la corregidora no se hubiera estimulado el movimiento Independista de México.
Sin Manuela Simón Bolívar no hubiera alimentado sus sueños de libertad.
Sin el amor de Teresa de Calcuta, no se hubiera entregado tanta ternura a los más desposeídos y olvidados de la tierra.
Sin María no hubiera existido Jesucristo.
Sin ella no existiría paciencia y tolerancia.
Sin ella no existiría el milagro de la vida.
Sin ella yo no hubiera nacido.
Y con ella aprendí a caminar, a conocer el mundo, a pronunciar mis primeras palabras y lo más importante sin ella no hubiera aprendido a amar y a perdonar.
Gracias a ella conocí la ternura y la caridad. Gracias mujer porque tu me has enseñado el camino de la vida, sin ti no existiría la creación. Gracias mujer por tu bondad dando testimonio de la presencia de Dios, tu vientre es el taller y es la orfebre del creador.
Gracias mujer por existir.
Miguel Ángel Cornejo
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