30 de diciembre de 2010

Gestión del tiempo


No debiéramos quejarnos tanto de la falta de tiempo. Es muy común dejarnos llevar por hábitos que lo desperdician. Muchos de estos hábitos no sólo derrochan tiempo sino que construyen y hasta constituyen nuestra falta de atención.

No es tan difícil tomar el control de la situación, por suerte hay pequeñas grandes cosas que podemos hacer y así recuperar gradualmente nuestra capacidad de gestionar eficazmente al tiempo disponible.

Aplícate dos semanas, día a día, a cumplir estas consignas:
Abstente: Antes de empezar otra tarea, termina la que estás realizando. Cada vez que dejas algo a medias para tomar otra tarea tienes que invertir energía nerviosa y mental para recuperar los datos de la tarea que habías dejado pendiente. Deberás abstenerte e ignorar las tentaciones de hacer otra cosa. Ayúdate solicitando a tus allegados que no te interrumpan con otras actividades hasta que hayas terminado.
Deriva: Deriva a otros la mayor cantidad de tareas que puedas y corresponda. Habitualmente nos hacemos cargo de tareas sin importancia que otros podrían o deberían hacer. Haz una lista de todas esas cosas que haces para otros y que, pensándolo bien, deberían hacer ellos mismos. Estudia estas listas y comienza a deshacerte de lo que no te corresponde y de lo que podrías derivarle a otros.
Agrupa: Cuando no puedas derivar a las pequeñas tareas que se acumulan, agrúpalas y realízalas de una sola vez, sin pausas entre ellas. Confecciona una lista de estas cosas, a cada docena o decena de ellas agrúpalas y considera a cada grupo como si fuera una tarea más importante. Toma cada grupo y acábalo de una sola vez. Puedes hacer esto intercalándolos entre las tareas más importantes.

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