1 de diciembre de 2010

... darse cuenta

A menudo estamos muy seguros de lo que vemos. Sin embargo, lo que vemos es una apariencia. Nada es lo que parece ser. Estas vicisitudes y las reflexiones que la originan, dan forma a la filosofía. Si estamos rodeados de apariencias, entonces, ¿por qué no somos todos filósofos?... Porque no todos despertamos.

Algunos, mejor dicho una amplia mayoría, pasan la vida entre apariencias y con ellas se satisfacen: apariencias de felicidad, apariencias de amor, apariencias de alegría...

Cuando uno despierta, quiere conocer lo que se oculta detrás de las apariencias. Si despertamos y tomamos conciencia de las apariencias, anhelaremos un conocimiento más profundo. Pero... ¿cómo despertarnos?

Cuando las apariencias entran en crisis, cuando fallan, se produce una fractura. La realidad se desgarra como un velo. Allí nos detenemos y pensamos. Es cierto que perdemos la protección que nos brindaban nuestras apariencias, pero comenzamos a darnos cuenta... y eso es una dicha.

Reflexión

"Hay momentos en nuestras vidas, instantes en nuestros días, en los que vemos más allá de lo usual. Nos volvemos clarividentes y alcanzamos la realidad. Esos son los momentos de mayor felicidad y sabiduría. Está en la naturaleza de todos los hombres tener esos momentos pero, bajo las condiciones en las que vivimos, sólo unos pocos los sostienen y hallan en ellos su expresión."             - Robert Henri -



Club actitud positiva

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