4 de marzo de 2011

La importancia de recordar sus sueños.


Para aprovechar sus sueños, es en principio necesario acordarse de ellos.

Como lo enseñaron los doctores Richard Corriere y Joseph Hart :"acordarse de sus sueños, es acordarse de sí mismo". En este sentido, la persona que no se acuerda de sus sueños se parece a una pareja en la que los cónyuges, a pesar de vivir en la misma casa, no se ven nunca, no se hablan nunca.

Uno de los cónyuges sería como una "ave nocturna" que se escapa en la noche para ir a la fiesta, ver filmes, bailar, etc. Y entraría en la mañana para ir a dormir.

Este cónyuge es su parte subconsciente, pero también su yo más profundo, su parte fantástica, creativa y lúdica, la verdadera fuente de su vitalidad.

El otro cónyuge sería un "animal de trabajo" horriblemente "seria" y "lógica" que se levanta temprano en la mañana y que trabajaría hasta tarde en la noche. Volvería completamente cansado de trabajar y vería, bostezando,

las noticias de la noche. Luego se dormiría como un tronco para recomenzar indefinidamente la misma rutina.

Este cónyuge es su parte consciente, su espíritu racional, enteramente sometido a la dictadura de la realidad cotidiana. Una realidad que es importante pero que, ella sola, no puede satisfacer sus más profundas

aspiraciones.

Estos dos cónyuges se parecen un poco a la cigarra y la hormiga del cuento.

(hipertexto) Ellos son los dos extremos de usted mismo. O como dos paralelas que no se encuentran nunca, incluso al infinito a menos que, usted decida ponerlos en contacto y armonizarlos.

Desde ese momento, su vida diaria, toma un nuevo sentido. Su cotidianeidad se llena con una extraordinaria intensidad. Está más en contacto con sus emociones y sus intuiciones más profundas.

Sus sueños se tornan más precisos, más agradables. Pero también son más ricos en enseñanzas que pueden ayudarle a tener más éxito en la vida, a conocerse mejor y a estar más feliz.

La realidad y el sueño cesan de ser fenómenos separados, disociados. Sus sueños se tornan realidad y su realidad es "como un sueño", en el buen sentido de la palabra, claro.

En suma, todo ocurre como si el sueño permitiera dar toda su dimensión a la realidad.

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