
Vigila el vocabulario que estás utilizando. Las palabras tienen un poder absoluto para afectar a nuestras emociones. Cuando utilizas un vocabulario poderoso, con palabras inspiradoras y positivas, la actitud personal se ve reforzada y la energía fluye. Un ejemplo que no necesita mucha explicación: el Maestro Jesús que tuvo tal capacidad de afectación hace dos mil años con su herramienta: el verbo, la palabra y que con ella sigue haciendo milagros en los corazones que toca. Nunca subestimes el poder de las palabras, en especial de las tuyas. He visto muchos ejemplos de personas que simplemente cambiando el tipo de vocabulario que utilizan han transformado positivamente su vida de una manera increíble. Elige cuidadosamente las palabras que utilizas sobre todo para describir como te sientes. Opta siempre por palabras que potencien tu entusiasmo, tu pasión, tu energía, tu compasión, tus ganas de plenitud, tu dinamismo, tu actitud positiva, tus virtudes y tu compromiso por la excelencia.
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