8 de junio de 2009

Hay cuidados que dañan.

El discípulo cuidaba el cultivo de arroz pendiente que nunca le faltase el agua. 

Ese año, el arroz creció fuerte y la cosecha fue buena. 

El segundo año, tuvo la idea de añadir un poco de fertilizante. 

El arroz creció rápidamente y la cosecha fue mayor. 

Al tercer año, aumentó la cantidad de fertilizante. 

La cosecha fue mayor aún, pero el arroz nació pequeño y sin brillo. 

Inquieto, el discípulo le preguntó al maestro que había ocurrido. 

-Si sigues aumentando la cantidad de abono, no cosecharás nada de valor el próximo año -le dijo el maestro-, fortaleces a alguien cuando lo apoyas, pero lo debilitas si lo ayudas demasiado. 

Estimado amigo (a), Es más fácil dar que enseñar a conseguir. 

Es más sencillo ganar la aprobación a corto plazo, que esperar con paciencia la verdadera cosecha.

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