¿Por qué motivo serías capaz de arriesgarte? ¿Has intentado alguna vez hacer algo que considerabas imposible de lograr? ¿Eres capaz de luchar por tus ideas y convicciones?
Dice Aristóteles: Nos volvemos valientes al realizar actos de valentía. El coraje es una virtud que acomete la lucha para dominar algún mal o para alcanzar algún bien. Emprende y actúa a partir de la consideración serena de la realidad, con sus oportunidades y con sus riesgos, para conseguir algo que realmente valga la pena. El coraje nos permite afrontar los peligros y soportar los trabajos. Es lo contrario de la cobardía, pero también de la pereza o la apatía; no es ausencia de miedo, es la capacidad de enfrentarlo, dominarlo y superarlo, lo que supone que el temor existe. La persona valiente no es la persona que nunca tiene miedo.
El coraje no es sabiduría, es decisión. El coraje esta en el corazón y no en la razón. El coraje es voluntad. Voluntad para durar y perdurar, voluntad para vivir, voluntad para soportar, para acometer, para combatir, para perseverar. Se necesita coraje para superar una desventaja, para aprender de un fracaso. Según Aristóteles, el coraje es una disposición a sentir grados pertinentes de temor y confianza en situaciones desafiantes. Las ocasiones para ser valientes en defensa de los demás son idóneas para adquirir coraje, para aprender a manejar nuestra confianza y nuestro temor, para aprender a diferenciar lo correcto de lo incorrecto y para encauzar nuestra voluntad hacia causas nobles y sueños justos.
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