Escuchando la radio y, sin darse cuenta, un señor conducía
su pequeño automóvil en contravía por la autopista principal, quejándose de la agresiva manera como la gente manejaba.
- Manejar en esta ciudad se hace cada vez más difícil.- se
lamentaba.
- ¿Cómo le permiten manejar a locos como ese?- refunfuñaba
señalando una camioneta que lo acababa de pasar a toda velocidad.
De repente escuchó en la radio:
- ¡Atención! Un automóvil va en sentido contrario por la autopista principal. Conduzca con precaución.
Nuestro hombre se molestó y exclamó:
- ¿Uno? ¡Al menos 500!
Estimado amigo(a), andamos contra el transito cuando nos dirigimos a donde queremos sin tener en cuenta a los demás.
Muchas veces lo que ofende no es lo que digamos o hagamos, sino cómo lo manifestemos.
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