18 de noviembre de 2009

Saber comunicar

Una conocida anécdota árabe dice que en una ocasión, un Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Al despertar llama a un Adivino para que interpretase su sueño. - ¡Que desgracia Mi Señor! - exclamo el Adivino - Cada diente caído representa la perdida de un pariente de Vuestra Majestad. - ¡ Que insolencia! - grito el Sultán enfurecido ¿- ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡¡¡Fuera de aquí!!! Llamo a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos. Mas tarde ordenó le trajesen a otro Adivino y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo: ¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobreviviréis a todos vuestros parientes. El semblante del Sultán se ilumino con una gran sonrisa y ordenó le dieran cien monedas de oro. Cuando este salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: -¡No es posible!, la interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Adivino. - No entiendo por que al primero le pago con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro. Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo Adivino - que todo depende de las palabras que se digan y como se dicen. Comunicar es un arte.

1 comentario:

  1. Anónimo12:18 p. m.

    Marío te felicito por la anécdota de hoy es muy buena, es muy cierto que hay que saber decir las cosas y en el momento oportuno, por lo general llegamos y largamos lo que sentimos o pesnsamos pero no medimos las consecuencias, ni a quien lastimamos. cariños y abrasos

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