Hay una palabra que tiende a ser malinterpretada. Para muchos produce rechazo. Para otros dispara un cúmulo de supuestos sinónimos como obligación, limitación, fastidio.
Esta palabra encierra uno de los principios fundamentales de del éxito: la capacidad de ser consistentes. Cuando la palabra es interpretada positivamente, en su concepto están implícitas la intención, la acción y la recurrencia, elementos fundamentales para la construcción de cualquier meta significativa.
Sin el ejercicio de esta cualidad no hay éxito duradero.
Sin el desarrollo de ese "músculo" tu poder para triunfar se debilita.
Sin la aplicación de ese principio tu potencial se mantiene latente pero adormecido.
La palabra: disciplina.
No fue hasta hace mucho que la resistía. El rebelarme a la idea de ser disciplinado era tan común como el desayunarme cada mañana (y soy de los que nunca deja que el día comience sin llenar el estómago).
Pero llegó el momento en que las evidencias eran mayores que la rebeldía de mi ego: mis resultados en lo financiero, lo profesional, lo familiar, lo físico, lo espiritual y emocional, no eran los deseados.
Quería más. Sin embargo era innegable: la razón principal por la que mis resultados distaban de mis deseos, era mi falta de consistencia y lo aleatorio de mi actuar.
En pocas palabras: falta de disciplina.
Me di cuenta que o transformaba lo que en mí la palabra "disciplina" generaba o no iba a avanzar mucho.
Decidí darle otro significado a la palabra y otorgarle un concepto potenciador. Uno que reflejara de manera más precisa los beneficios de desarrollar la capacidad para ser disciplinado.
Disciplina es el poder para ser, dar y disfrutar lo mejor que hay en ti.
¿Quieres expresar más de tu potencial?
¿Quieres desarrollar más de lo que en ti está latente?
¿Quieres gozar de una vida de progresos?
¿Quieres vivir tus talentos de manera plena? ¿Quieres contribuir con otros?
¿Quieres hacer de tu vida una existencia más llena de significado y trascendencia?
Simple: ejercita tu capacidad para ser disciplinado.
Ese es el camino para ser, dar y disfrutar lo mejor que hay en ti. Este camino lo transitas cada vez que—independientemente de si te provoca o no—haces lo que sabes que tienes que hacer para lograr lo que realmente quieres.
Cuando tomas la acción potenciadora—esa que te lleva a progresar hacia el logro de tus objetivos—fortaleces el "músculo". Cuando decides moverte sin importar la inercia, tu poder se incrementa.
¿Quieres aumentar la calidad y cantidad de tus resultados? Ejercita tu disciplina y desarrolla tu poder para ser, dar y disfrutar lo mejor que hay en ti.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario