18 de diciembre de 2009

La Decisión que te Debilita vs. la que te Fortalece


Son incontables los momentos durante un día cualquiera en los que puedes encontrarte con un dilema:

¿Lo hago o no lo hago? ¿Me pongo con eso ahora o lo dejo para después? ¿Hago esto primero o antes salgo de lo otro?
En ocasiones no son simples alternativas binarias, sino que te encuentras con amplios abanicos de posibilidades: responder el e-mail, navegar por Internet, responder la llamada, prepararte para la reunión, encender el televisor, salir a caminar, escuchar un poco de música, dormir una siesta... en fin, todo lo que pueda estar a tu alcance para hacer en un determinado instante.

La gran pregunta es qué hacer.

Voy a intentar simplificarte la manera en que puedes decidir y, sobre todo, optar por la mejor alternativa.

De hecho, el "secreto" está en ponerle a lupa a eso de "la mejor alternativa".

No creo que hace falta preguntarte si estás interesado en aumentar tu calidad de vida, incrementar tu productividad, avanzar hacia tus metas y experimentar mayores niveles de plenitud.

Así que la mejor alternativa es aquella decisión que te más te acerca a lo que quieres. En contraparte, la peor decisión es aquella que más te aleja de lo que realmente deseas experimentar.
Cuando te encuentras ante el dilema por lo uno o por lo otro, o ante la multiplicidad de opciones en las que invertir tu tiempo, hazte la siguiente pregunta:



¿Cuál de éstas opciones me va a acercar? ¿Cuál de éstas me va a alejar?



Pero no te quedes ahí. Una vez que estés más claro sobre el curso de acción más eficaz, pregúntate:



¿Cuál es la decisión que me va a fortalecer?



Tu capacidad para acercarte a tus objetivos se fortalece o debilita en cada elección que haces.



Si decides hacer la acción eficaz (esa que está alineada a tus objetivos, no importa si te provoca hacerla o no), tu "músculo" se fortalece. La próxima vez, te será más fácil hacer lo que tengas que hacer.



Pero si optas por la alternativa cómoda—en otras palabras, postergas lo que sabes que tienes que hacer—tu músculo se debilita. La próxima vez te será más difícil hacer lo productivo y más fácil volver a caer en un patrón debilitante.



¿Quieres acelerar tu avance y progreso?



Elige en cada momento tomar la decisión que te fortalece. Quizá hoy es salir de eso a lo que le has estado sacando el cuerpo, o ir al gimnasio, o comer sano, o hacer una llamada. Posiblemente la decisión que te va a fortalecer es esa que expresas como un "no" a algo ("No voy a comer en exceso", "No voy a dejarlo para después", "No voy a interrumpir el tiempo que tenía previsto dedicarle a mis cosas").



En síntesis:



Cada momento tú decides si haces lo que te acerca o te aleja de tus objetivos. Y con ello tu decisión pasa a fortalecer tu capacidad productiva y el músculo de tu disciplina o, por el contrario, te debilita.



El punto es que con cada decisión facilitas el que en el futuro vuelvas a repetir el mismo tipo de acción. Asegúrate de que lo que se repite en tu vida sea la decisión que te fortalece.



Publicado por Leo Alcalá

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