A fines del siglo pasado. Charles Flint estaba en dificultades financieras.
Como conocía un poco a J.P. Morgan, decidió pedirle un préstamo.
Morgan le invito a dar un paseo por los alrededores de Battery (Manhattan).
Después de hablar aproximadamente durante una hora, el desesperado Flint exclamó: Pero señor Morgan,
¿Que hay acerca del millón de dólares que necesito que me presten ?.
J. P Morgan extendió su mano para despedirse diciendo: "Oh, no creo que tenga ningún problema para obtenerlo ahora que nos han visto juntos".
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