
La gente empezó a notar que el rey en sus mejores y peores momentos miraba a su anillo y leía aquella inscripción interna y que con el paso del tiempo esa costumbre lo había transformado en un hombre mas sabio y justo, con mucha mayor capacidad de gobernar sanamente, aquella comunidad. Trascendió incluso en el reino que en la inscripción interna del anillo del rey había solamente tres palabras. Cuando murió el rey los habitantes del reino quisieron saber cual era la inscripción que había transformado la historia del rey y de alguna manera la de ellos también. Fueron a ver el anillo y en su parte interna encontraron escritas estas tres palabras: "esto también pasara". Estas palabras, en los momentos de mayor euforia y triunfo significaban para el rey la posibilidad de poner los pies en la tierra, así como en los momentos de dolor se transformaban en un símbolo de esperanza. En unos y en otros momentos le significaron la posibilidad de mirar hacia adentro y, desde el sentido del éxito interno, la ansiada fórmula de la felicidad.
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