24 de noviembre de 2010

Dar lo que se tiene

Un sabio llegó a la ciudad de Akbar, pero la gente no le dio mucha importancia. El sabio solo consiguió reunir a unos pocos jóvenes, mientras el resto de los habitantes se reía de su trabajo.

Paseaba con su pequeño grupo de discípulos por la calle mayor, cuando un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo. En lugar de fingir que no se daba cuenta, el sabio fue hacia ellos y los bendijo.

Al irse de allí, uno de sus discípulos comentó:

–Te dicen cosas horribles y les respondes con bellas palabras.

El sabio replicó:
–Cada uno de nosotros solo puede ofrecer lo que tiene.

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