La crisis nos obliga a pensar. La crisis en el mundo, la de nuestras relaciones -que a veces están a punto de naufragar- la crisis en la economía, en la política y tantas otras. Pensar es la consecuencia de alguna crisis. Si no, ¿para qué pensar? Si nos va bien en los negocios, ¿para qué pensar en ellos? Pero si nos va mal en el resto de nuestra vida, podemos llegar a pensar: ¿Para qué necesito yo todo esto? ¿Para qué me sirve? ¿Mejora mi vida con ello?
La crisis produce reflexión. Cuando el análisis es sistemático, continuo, cuando abarca los grandes temas de la vida e indaga qué es el amor, qué es el bien, qué es la vida, qué es la felicidad, estamos en el camino del desarrollo personal. En el crecimiento.
Reflexión
"Algo de oposición es de gran ayuda para el hombre. Las cometas suben en contra, no a favor, del viento."
Club Actitud Positiva
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