17 de febrero de 2011

El ciervo, el manantial y el leon

Agobiado por la sed, llego un ciervo a un manantial. Despues de beber, vio su reflejo en el agua.

Al contemplar su hermosa cornamenta, sintiose orgulloso, pero quedo descontento por sus piernas debiles y finas.

Sumido aun en estos pensamientos, apareció un leon que comenzo a perseguirle. Echo a correr y le gano una gran distancia, pues la fuerza de los ciervos esta en sus piernas y la del leon en su corazón.

Mientras el campo fue llano, el ciervo guardo la distancia que le salvaba; pero al entrar en el bosque sus cuernos se engancharon a las ramas y, no pudiendo escapar, fue atrapado por el leon. A punto de morir, exclamo para si mismo:
-- ¡ Desdichado ! Mis pies, que pensaba me traicionaban, eran los que me salvaban, y mis cuernos, en los que ponia toda mi confianza, son los que me pierden.

Muchas veces, a quienes creemos mas indiferentes, son quienes nos dan la mano en las congojas, mientras que los que nos adulan, ni siquiera se asoman.

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