Están los que llevan amuletos
Los que se hacen promesas.
Los que imploran mirando al cielo
Los que creen en supersticiones.
Y están los que siguen corriendo
Cuando las piernas le tiemblan.
Están los que siguen jugando
Cuando se les acabó el aire.
Los que siguen luchando
Cuando todo parece perdido.
Están convencidos de que la vida
es un desafío en sí misma
Sufren pero no se quejan.
Saben que el dolor pasa
El sudor se seca
El cansancio se termina...
Saben que hay algo que nunca desaparecerá:
La satisfacción de lograr un sueño
Sus cuerpos tienen la misma cantidad de músculos.
Por sus venas corre la misma sangre
Lo que los hace diferentes es su espíritu
La determinación de alcanzar la cima
Una cima a la que no se llega superando a los demás
Sino superándose a uno mismo.
Eduardo Luque, Mendoza, Argentina.
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