Vale el ejemplo de un conocido personaje que:
- Fracasó en los negocios a los 31 años.
- Fue derrotado a los 32 como candidato para unas legislativas
- Volvió a fracasar en los negocios a los 34 años.
- Sobrellevó la muerte de su amada a los 35.
- Sufrió un colapso nervioso a los 36 años.
- Perdió en unas elecciones a los 38.
- No consiguió ser elegido congresista a los 43.
- No consiguió ser elegido congresista a los 46.
- No consiguió ser elegido congresista a los 48.
- No consiguió ser elegido senador a los 55.
- A los 56 fracasó en el intento de ser vicepresidente.
- De nuevo fue derrotado y no salió senador a los 58.
- Fue elegido Presidente de los Estados Unidos, a los 60.
Ese hombre era Abraham Lincoln. ¿Habría llegado a Presidente si hubiese considerado como fracasos sus derrotas electorales? Probablemente no.
Los tiempos de la vida son muy distintos a los de nuestras necesidades, pero la paciencia es un gran remedio que no siempre utilizamos y es muy útil para alcanzar con éxito los objetivos. (Tomado De www.bumeran.com.ar).
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